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El fracaso de los AI Gadgets. Por qué no terminan de funcionar

¿Qué está pasando con las nuevas startups que quieren desarrollar AI Gadgets y por qué fallan?

Hoy toca hacer un poco de crítica —esperemos que constructiva— de cara a intentar explicar el fenómeno que estamos viviendo desde principios de este año 2024 con los dispositivos movidos con Inteligencia artificial.

Y es que uno tras otro, como si fuese una especie de regla no escrita, estos gadgets están fracasando uno tras otro, no acaban de llegar al público general y además no parece que estén a la altura de lo que los usuarios esperamos. ¿Por qué? Veámoslo.

La novedad de la IA

Como bien dije al principio, hablamos de un mundo completamente nuevo. Podemos decir que el uso de la inteligencia artificial a nivel general —aunque en porcentaje de población apenas hay usuarios— no apareció hasta hace apenas 2 años.

Y es que fue entonces cuando OpenAI desarrolló la versión de ChatGPT que el mundo conoció como un cambio de paradigma con respecto a la tecnología de la IA y abrió las puertas a que cualquiera pudiese acceder a usarla.

A partir de ahí y casi de la nada, surgieron cientos de IAs que prometían ayudarnos con diferentes problemas del día a día, desde texto, imágenes o vídeo hasta música, ciencia o medicina. Dio la impresión de que pasamos de 0 a 100 en un año.

Y este es uno de los primeros puntos relacionados con los AI Gadgets, y es que todos ellos funcionan en mayor o menor medida con estas inteligencias artificiales las cuales, aunque avanzan a pasos agigantados, siguen basándose en una tecnología embrionaria y está dando sus primeros pasos.

Esto provoca que los AI Gadgets tengan una dependencia interna de una tecnología que no está definida, depurada y corregida, con lo cual los fallos o alucinaciones de las IAs repercuten negativamente en los dispositivos irremediablemente.

Expectativas incumplidas

Quizás uno de los puntos clave de todo este asunto es precisamente el error que hemos cometido tanto los usuarios como las empresas en generar expectativas que ellos no pueden cumplir y que nosotros como clientes no deberíamos de haber creído.

Pongamos el caso del Rabbit r1, un dispositivo movido por inteligencia artificial que iba a ser capaz de hacer por nosotros cualquier cosa que requiriese interacción con una web o una app en un teléfono móvil.

Jesse Lyu en el lanzamiento del Rabbit r1 y su Roadmap

En el CES de 2024 podíamos ver que este dispositivo podría pedir vuelos, organizar viajes y en definitiva podríamos darle el control de cualquier web tal y como la manejaríamos nosotros. Incluso podríamos enseñarle a hacerlo.

A día de hoy sigue teniendo problemas con las apps que trae por defecto —Spotify, Uber o DoorDash— y no funcionan bien hasta tal punto que son imposibles de manejar de manera consistente. Puede que en un futuro funcione, pero es más un salto de fe.

Y qué decir del Humane AI Pin. Más de lo mismo. Una batería que no dura, que se calienta y que para colmo amenaza con quemarse. Además de un láser que no se ve a la luz del sol y cuyo manejo es más bien una tortura…

El factor de forma de los AI Gadgets

Este es uno de los problemas que va a ser más difíciles de solventar. Nos guste más o menos somos completamente dependientes de los teléfonos móviles y uno de los esfuerzos de los creadores de dispositivos de IA es cambiarlo.

Y no es para nada fácil. Por un lado están los wearables, como el AI Pin, las Ray-Ban Meta, cuyo esfuerzo está en que tengamos un gadget que podamos vestir y que no sea invasivo en el día a día o el Limitless Pendant del que hablaré próximamente.

Podemos contar por otro lado con dispositivos como el Rabbit r1 o el 01 Light de Open Interpreter, una especie de esferoide de plástico al que podremos pedirle que ejecute acciones en nuestro ordenador dándole todo el control.

Pero estos factores de forma no funcionan, o al menos no a corto plazo. Estamos demasiado involucrados con la telefonía móvil y el hecho de llevar un segundo dispositivo o de tener en el pecho algo colgado que parece una cámara no está gustando.

01 Light. Como ves tiene un factor de forma un tanto peculiar…

Imagino que como todo será cuestión de tiempo, pero me parece que queda un largo camino para que todos estos dispositivos se acaben adaptando al uso cotidiano.

Materiales de dudosa calidad

También estamos viendo un efecto bastante extraño en estos dispositivos. Llevamos muchos años buscando en los smartphones las mejores pantallas, procesadores, baterías o cámaras, y es le está pasando factura a los nuevos dispositivos de IA.

El hardware es básico. El Rabbit r1 podría pasar por un móvil gama media de hace años. El Pendant o el 01 Light no tienen siquiera pantalla y son una cubierta plástica, y a parte de las baterías defectuosas de Humane, el láser tampoco da mucho de sí..

Quieren ser capaces de darle a los clientes el mejor dispositivo al menor precio, pero realmente están optando por ajustar el BOM —Bill Of Materials o coste de producción— tanto que en ocasiones da la sensación de quedarse cortos, y eso penaliza.

Es demasiado pronto para el hardware con inteligencia artificial

Esta última parte es tan buena como mala. Estamos como cuando aparecieron los primeros teléfonos móviles, los primeros smartphones o las primeras generaciones de consolas. Es el inicio, y eso es emocionante.

No digo que no sea su momento, sino que los que somos pioneros en la adquisición de este tipo de dispositivos tenemos que ser conscientes de que estamos al inicio del camino, como cuando la tecnología móvil era incipiente.

Tenemos que ser pacientes, saber elegir y hacernos a la idea de que queda mucho por recorrer. A ver hasta dónde llegamos.

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